Quien está día a día en un aula, sabe lo complicado que se ha vuelto educar en un sistema que excusa al estudiante y acusa al maestro, y sin ninguna intención de victimizar a quienes imparten el pan de la enseñanza, puedo decir que el estrés al que esta sometido el docente de estos tiempos ha trascendido los límites.
Existen factores incidentes para que la calidad de vida del maestro disminuya, pero quiero enfocarme en algunos que definitivamente están a la orden del día.
El poco interés en los alumnos sobre los estudios
Paradójicamente los estudiantes de ahora están mejor dotados de recursos que antes, tienen acceso a la información, tienen una tecnología que, de usarla de la manera correcta, sería su mejor aliado al momento de aprender, pero en serio, NO QUIEREN APRENDER, no les interesa, están idiotizados con los dispositivos electrónicos, están en el vapeo, el hookeo y el alcohol.
El docente la tiene muy difícil al momento de tratar de enseñar a quien no quiere. Es cierto que años atrás no estábamos tan desarrollados en algunas áreas como ahora y ciertos métodos ya están arcaicos u obsoletos, pero el estudiante aprendía mejor, era capaz de analizar un texto, ahora los alumnos de secundaria no saben ni bien escribir, no leen, no analizan, no memorizan, y la verdad, son pocos los que hacen un esfuerzo por cambiar esa realidad.
Aquel que ama la enseñanza y que está en este oficio por vocación, le duele ver como su esfuerzo es pisoteado por una sociedad que no alcanza a comprender que la base de la superación no es más que la educación.
La indisciplina de los estudiantes en la educación
Alumnos sin ninguna clase de respeto hacia los maestros, no hay intención de mejorar conductas, el maestro tiene que soportar boicots a las clases, palabras obscenas y hasta amenazas por parte de los estudiantes, y la verdad no comprendo cual es la razón de mantener en aula a un alumno que no tiene la menor intención de cambiar, no entiendo por cual motivo, el sistema ata al maestro de pies y manos, obligándolo básicamente a retener a alguien a quien no quiere someterse a las reglas.
Obviamente estamos en una sociedad que va en detrimento, donde el respeto no pasa de ser una palabra y la consideración, ni se han enterado de que existe.
Poca o ninguna colaboración de las familias
He llegado a pensar que muchos padres realmente están confundidos con lo que representa la escuela para sus hijos, y creen que es una guardería o un lugar donde los estudiantes pasan tiempo para que ellos puedan ir al trabajo o hacer sus diligencias sin preocupación alguna, porque los maestros estarán a cargo del cuido, y encima de todo esto muchos dicen que el maestro no quiere hacer nada.
Es muy cuesta arriba educar solos, sin la colaboración familiar, la primera educación comienza en casa con los padres, si no se ejerce esa función en el hogar muy difícil se aprende en las escuelas, pues hay un patrón de desorden a reproducir. No se le puede dejar al docente las tareas que corresponden a los padres, cada uno tiene su responsabilidad y de cumplirla como es debido es seguro que las cosas cambiarían.
¿Cómo hará el maestro para poder resistir ante tales situaciones, para trabajar con el temor que muchas veces les invade el tener que llegar a sus centros de trabajo, como hará para hacerlo bien y no morir en el intento o en el cúmulo de emociones que generan un estrés mortal?
En fin, el docente está resistiendo, pero no se sabe hasta cuándo y mientras no se ajuste el manual de convivencia a las necesidades reales y se hagan los cambios pertinentes al código del menor, seguiremos de mal en peor.