Las escuelas no deberían ser fabricas en Rep. Dom.

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Es innegable que las estadísticas ilustran un logro de envergadura, ciertamente destacable, que radica en la graduación anual de numerosos bachilleres. No obstante, cabe cuestionarse las ocupaciones que estos jóvenes están abrazando en su presente: ¿se dedican al trabajo remunerado, han emprendido proyectos empresariales? Esta incógnita suscita un interés genuino.

La cruda realidad refleja que las instituciones educativas han de atender a una imperante exigencia de formación. Su cometido trasciende la mera consecución de cifras circunscritas en las calles de la ciudad.

En concordancia con el contexto, cada plantel escolar ha de concebir un Plan Integral que obedece a las necesidades educativas intrínsecas a la localidad. Tal iniciativa, a su vez, debe encontrar eco en una estrategia ministerial auspiciada por el Ministerio de Educación. Este planteamiento se erige como facilitador en lo relativo a los recursos humanos y materiales que son esenciales para concretar los propósitos en cuestión.

Permitámonos abordar un ejercicio llano: ¿qué contenidos deben ser impartidos en una escuela de la provincia La Altagracia? En este contexto, el MINERD tiene la responsabilidad de discernir la actividad productiva prevalente en esa región y concebir centros de formación técnica o instituciones orientadas hacia las artes, en sintonía con dichas demandas. Es plausible que el foco recaiga sobre el turismo y la creación artística.

En lo concerniente a Elías Piña, es ineludible examinar las necesidades formativas allí manifestadas. La capacitación en logística, transporte y cuidados enfermeros se perfilan como vertientes vitales que merecen ser satisfechas mediante la creación de centros de formación específicos.

Convenimos en reevaluar y ajustar el enfoque educativo para que los productos de conocimiento generados sean concomitantes con las ansias de la comunidad, evitando la generación de resultados ineficientes. De este modo, no debemos subestimar la oportunidad de potenciar las habilidades innatas de nuestra juventud. Aunque lacerante, el margen para cambiar sigue vigente y debemos tomarlo en consideración.

Publicado por:
Gilberto German

Gilberto German

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2 comentarios

  1. Muy de acuerdo, debemos formar jóvenes que puedan seguir ayudando a nuestro país a avanzar. No pasar por pasar a los jóvenes que al final de la jornada no tengan las competencias necesarias a desarrollar en los distintos puestos laborales.

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