Una vez alguien me ofreció un empleo, estando en un momento difícil económicamente, pero estaba estudiando y para poder aceptarlo tenía que dejar la universidad, yo no quería dejar de estudiar, tenía la ilusión de terminar mi carrera, era algo que me debía, y si sabes lo que es deberte algo a ti, entonces sabrás que no puedes descansar hasta pagarte.
La persona en cuestión me dijo: «la universidad siempre va a estar ahí, puedes dejarla y seguir después».
Eso para mí fue chocante, sobre todo porque era alguien ya profesional y me estaba induciendo a dejar mis estudios. Después de pensarlo un poco tomé una decisión.
Es cierto, la universidad siempre iba a estar ahí, pero, yo no contaría siempre con el tiempo y quizás el ánimo suficiente para concluir la misma. Así que, rechacé el empleo, continué con las precariedades y dificultades del momento, pero lo logré al concluir mis estudios con éxito.
No fue nada fácil, tampoco el tiempo fue muy prudente, pero lo hice.
¿Qué te digo con esto?
Que en tu camino te encontrarás situaciones y personas, que te harán pensar en dejar tus sueños, que te harán ver lo duro de continuar, pero también tendrás aquellos que te impulsarán a no abandonar lo que empezaste.
¿Pero sabes qué? Te tendrás también a ti, impulsándote, animándote, recordándote que te lo debes.
Estudios, trabajos, negocios, proyectos, viajes, apoyar a tus hijos, colaborar con un amigo, bendecir a tus padres. Si sientes que debes hacerlo para sentir satisfacción contigo, hazlo, no te detengas, no importa si pasaron unos cuantos años y no lo has logrado.
Este es el tiempo.
Deseo éxitos para tu vida, y recuerda que no hay edad para cumplir tus sueños.
Confía, lo vas a lograr.